Hace muchos años un maravilloso viejecito sabio -del mundo astral- me mostró el camino para llegar a los maestros en la tierra que me ayudarían a reencontrarme conmigo misma. Todos y cada uno de ellos me obsequiaron una llave diferente que me ayudaría a abrir las puertas que -después de activar mi conciencia y de volver a recuperar esa biblioteca de recuerdos que llevaba adentro de mí pero que había olvidado (y que también todos lleváis adentro y habéis olvidado)- me encaminarían al momento cumbre de mi metamorfosis. Hoy comprendí que vine absolutamente desnuda a este mundo, con las únicas y reales pertenencias que me corresponden: mi cuerpo, mi libertad, la energía de mi alma, mis pensamientos, mi voluntad de ser, mi amor… Yirka Gonzalez