Girando la mirada hacia atrás me doy cuenta de que he entregado mi vida a amores livianos, amores baratos, amores huecos, amores repletos de aislamiento, de tristeza. Hoy comprendo que mi tiempo ha sido mal invertido en pasiones momentáneas, apegos carnales en noches de farras, amores, cómo no, de poca esencia... aunque tampoco puedo reprocharme esos deleites pasionales momentáneos, porque también, si soy sincera a ello, he conseguido instantes placenteros y un completo aprendizaje como mujer y como alma. Hoy, por fin comprendo, que anhelo un amor del bueno, un amor eterno más allá del cuerpo físico, un amor de almas, un amor de historias y de letras... quiero, y merezco como esencia, sentir la verdadera autenticidad de un amor sublime. Por fin acepto que mi pasado ha creado a la mujer que soy hoy, que mi presente es mi realidad sustancial precisa y actual, y mi futuro, ese ente incógnito que aún está por venir es, sin duda alguna, mi ahora. Por tanto, voy a pincelar con buen óleo mi realidad más absoluta, a escribir con buena tinta imborrable mi propia historia, esa, la que deseo, la que merezco, y la que quiero vivir a mi manera. Hoy. Aquí. Ahora. Escrito en un instante pasado en el cual no era consciente que, en verdad, en mis sueños nunca dejé de crear mi presente. Yirka Gonzalez (F.B.) ©